Qué es el Gas radón: ese gas cancerígeno invisible y cómo ponerle fin
El gas radón es un enemigo silencioso que puede encontrarse en muchos edificios sin que sus ocupantes lo sepan. Incoloro, inodoro e insípido, este gas radiactivo se genera naturalmente en la corteza terrestre y puede acumularse en espacios interiores, alcanzando niveles peligrosos para la salud.
La exposición prolongada al radón está directamente relacionada con un mayor riesgo de cáncer, especialmente cáncer de pulmón. Constituye una de las principales causas ambientales de esta enfermedad en Europa.
En este artículo, te explicamos qué es el gas radón y por qué aparece en los edificios. Además, cuáles son sus efectos y qué medidas existen para prevenirlo de forma efectiva.
¿Qué es exactamente el gas radón y cómo se genera?
El radón es un elemento químico perteneciente al grupo de los gases nobles. Se forma durante la cadena de desintegración del uranio, un proceso natural que ocurre en minerales presentes en el suelo, las rocas y algunos materiales de construcción.
Al ser un producto de desintegración radiactiva, emite radiaciones ionizantes que, al ser inhaladas, pueden dañar las células del aparato respiratorio.
Este gas, al ser más pesado que el aire, tiende a acumularse en el nivel inferior de los edificios —como sótanos, garajes o plantas bajas—, donde la ventilación suele ser limitada.
Dónde se encuentra el gas radón y cómo entra en los edificios

El gas radón se libera de manera continua desde el subsuelo y puede filtrarse en los edificios a través de grietas, fisuras en los cimientos, juntas mal selladas, conducciones o huecos de paso de instalaciones.
También puede estar presente en las aguas subterráneas, lo que incrementa su concentración en zonas geológicas con gran contenido de uranio o granito.
Zonas de España con mayor concentración de gas radón
En España, existen áreas donde la concentración de radón es significativamente más alta debido a la composición del terreno.
Las comunidades con mayor riesgo son:
- Galicia
- Castilla y León
- Madrid
- Extremadura
- Zonas del norte de Cataluña y del sistema Central.
- Canarias
En estas regiones, las autoridades recomiendan medir los niveles de radón y aplicar medidas preventivas, especialmente en edificios de nueva construcción.
Efectos del gas radón en la salud
La exposición prolongada a concentraciones elevadas de radón puede tener consecuencias graves. Al inhalarse, el gas se desintegra en el interior de los pulmones, liberando partículas que emiten radiaciones ionizantes.
Con el tiempo, estas partículas pueden dañar el ADN de las células pulmonares, aumentando el riesgo de cáncer de pulmón incluso en personas no fumadoras.
¿Por qué el gas radón se considera un riesgo cancerígeno?
El radón ha sido clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un carcinógeno del grupo 1, el mismo nivel que el tabaco o el amianto.
Según estudios europeos, se estima que entre el 3 % y el 14 % de los casos de cáncer de pulmón están relacionados con la exposición a este gas. Cuanto mayor sea la concentración de radón en el aire y más prolongada la exposición, mayor será el riesgo.
Cómo detectar la presencia de gas radón en viviendas o edificios

La única forma de conocer la presencia de radón es medir los niveles mediante equipos o kits de prueba específicos.
Estos dispositivos permiten obtener una medición fiable de la concentración acumulada durante un periodo determinado. También existen laboratorios y empresas especializadas que realizan estudios de radón en viviendas, oficinas o instalaciones públicas.
Métodos básicos de medición y control del gas radón
Los kits de prueba se pueden adquirir fácilmente. Es importante comprar un kit de prueba homologado y colocarlo en las zonas más bajas del edificio.
La medición debe mantenerse durante al menos tres meses para obtener resultados representativos. Una vez analizados, si los niveles de radón superan los valores recomendados por la normativa, se deben aplicar medidas correctoras para reducir los niveles de concentración.
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Medidas para reducir y prevenir el gas radón en construcciones

Existen distintas estrategias para evitar que el radón se acumule en los espacios interiores, tanto en edificaciones nuevas como en rehabilitaciones.
Buenas prácticas en el diseño y ejecución de edificios
- Mejorar la ventilación natural y la circulación del aire en las zonas bajas.
- Sellar correctamente fisuras, juntas y puntos de paso de tuberías.
- Utilizar materiales de construcción de baja emisión y resistentes a la penetración del gas.
- Incorporar barreras impermeables en la base de los cimientos.
Sistemas constructivos profesionales para evitar filtraciones
Las soluciones más eficaces combinan impermeabilización, drenaje y ventilación. En edificaciones nuevas, se recomienda diseñar una base que limite la migración del gas desde el terreno hacia el interior.
El sistema Propam® Stop Radon Concrete: una solución eficaz
Molins Construction Solutions ha desarrollado el sistema Propam® Stop Radon Concrete. Se trata de un sistema que actúa como barrera frente al gas radón, evitando su penetración a través del forjado y pavimento.
Este sistema ha sido diseñado conforme a las exigencias del Código Técnico de la Edificación (CTE) y ofrece una protección duradera en proyectos residenciales e industriales.
Puedes conocer todos los detalles sobre este sistema aquí:
👉 Barrera gas radón: Evítalo con el sistema Propam® Stop Radon Concrete
Normativa y niveles de referencia del gas radón en España
En España, el CTE DB HS6 (Documento Básico de Salubridad) establece los requisitos mínimos para proteger los edificios frente al gas radón.
El valor de referencia se fija en 300 becquerelios por metro cúbico (Bq/m³), aunque se recomienda mantenerlo por debajo de 100 Bq/m³ para minimizar el riesgo, según recomienda la Organización Mundial de la Salud.
El real decreto establece que las medidas preventivas deben aplicarse especialmente en zonas clasificadas como de potencial alto o medio.
Qué dice el Código Técnico de la Edificación (CTE DB HS6)
El CTE obliga a incluir soluciones constructivas específicas en las zonas designadas como de riesgo, tanto en obra nueva como en rehabilitaciones.
Estas soluciones incluyen barreras antirradón, sistemas de ventilación forzada y despresurización del terreno bajo los forjados.
El papel de los profesionales de la construcción en la prevención del radón
Los arquitectos, ingenieros y constructores desempeñan un papel clave en la lucha contra el radón. Incorporar medidas preventivas desde la fase de diseño no solo cumple con la normativa, sino que también mejora la salubridad y el valor del inmueble.
Además, en operaciones de comprar o vender viviendas, conocer los niveles de radón puede convertirse en un argumento de seguridad y confianza para el comprador.
Conclusión: conocer el gas radón es el primer paso para eliminarlo
El radón en el aire es una amenaza real, pero también una de las más fáciles de controlar cuando se aplican soluciones adecuadas.
Medir los niveles, aplicar barreras protectoras y técnicas adecuadas son las claves para reducir los niveles y evitar riesgos de salud.
Conocer su origen, sus efectos y las medidas para mitigarlo permite a los profesionales de la construcción avanzar hacia edificios más seguros, saludables y sostenibles.
¿Tienes alguna consulta? Los profesionales de nuestra Área Técnica pueden ayudarte en tu proyecto de impermeabilización frente al gas radón.
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