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Muros y tierra reforzada

Nuestros prefabricados de hormigón también actúan como muros en obras civiles repartidas por toda la geografía española. Ofrecemos un amplio abanico de soluciones a nuestros clientes, destacando:

El muro nervado consiste en un panel prefabricado de hormigón armado de espesor 9 o 12 cm, y ancho típico 240 cm, con unos nervios de canto variable (mínimo 15 cm en su parte superior) y espesor entre 12 y 18 cm, perpendiculares al panel.Con ellos se pueden formar aletas o muros de contención, o bien estribos de puente, con posibilidad de ofrecer acabados liso o texturizado.

Muro en L

El muro en L consiste en dos paneles prefabricados de hormigón armado de espesor constante 20 o 30 cm, y ancho típico 240 cm, unidos perpendicularmente entre sí por una arista, dándole su forma característica.

Con ellos se pueden formar aletas o muros de contención, con posibilidad de ofrecer acabados liso o texturizado. Los muros incluyen la correspondiente cimentación de manera que una vez montados se puede proceder de manera inmediata al relleno de tierras, pudiendo llegarse hasta una altura de muro de aproximadamente 4 m.

Tierra reforzada

Esta solución está basada en la unión permanente entre los dos elementos que la constituyen, debido al esfuerzo de rozamiento creado entre la tierra y la armadura. La versatilidad permite la resolución de muros con cualquier geometría, no habiendo ningún inconveniente en describir trazados de planta curva y altura variable.

La tierra reforzada sirve para crear estribos de puente mediante la interposición de una ‘viga flotante» hormigonada «in-situ», que recoge las cargas puntuales de las vigas y el empuje de las tierras en el trasdós del espaldón, para transmitir una carga repartida al macizo de tierra reforzada. En estos casos debe considerarse una distancia mínima desde el paramento del muro hasta el eje de apoyo de las vigas del orden de 120 cm, y un canto de la «viga flotante» del orden de 60 cm.