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Recomendaciones técnicas para el hormigonado en tiempo caluroso

El hormigonado durante los meses de verano requiere una atención especial debido al impacto que las altas temperaturas pueden tener sobre las propiedades del hormigón, tanto en estado fresco como endurecido.

Con el objetivo de preservar la trabajabilidad, la resistencia y la durabilidad del material, compartimos las principales recomendaciones recogidas en el Código Estructural (apartados 52.3.2 y 52.5) y en las normas UNE 83151-2 y UNE 83151-3:

1. Fraguado acelerado

Las altas temperaturas provocan un fraguado más rápido del hormigón, lo que reduce el tiempo disponible para su colocación y compactación. Es importante adaptar los procesos en obra para mantener su trabajabilidad.

2. Evaporación del agua de amasado

El calor y el viento aumentan el riesgo de evaporación del agua de amasado, lo que puede comprometer la hidratación del cemento. Se recomienda minimizar los tiempos entre la fabricación, el transporte y la puesta en obra.

3. Curado adecuado

Es fundamental aplicar técnicas de curado que mantengan la humedad del hormigón durante el fraguado y endurecimiento, evitando así la desecación superficial y la aparición de fisuras.

4. Control de temperatura en probetas

Durante las primeras 24 horas, las probetas deben conservarse en obra a temperatura controlada:

  • 20 °C ± 5 °C en condiciones normales
  • 25 °C ± 5 °C en tiempo caluroso

5. Condiciones límite

Si la temperatura ambiente supera los 40 °C o se registran condiciones de viento excesivo, se debe suspender el proceso de hormigonado para evitar un deterioro prematuro del material.

Estas medidas buscan evitar efectos negativos como pérdida de trabajabilidad, fisuración, menor resistencia o desecación prematura.